Autor: Agustín Mañero
22 de enero de 2013
MACARENA
Había frío en el aire,
en tu voz, había pena
y a la orilla de tus ojos,
lágrimas, Macarena.
¿Por qué lloras mujer?
¿por qué de esa manera?
¿ha cegado tu vista
alguna miaja de arena?
Lo que tú tienes, niña,
es un dolor que te encela
por un contrariado amor
que, de tu lado, vuela.
Déjalo que se vaya,
que tú —aun sin darte cuenta—,
encontrarás otro amor
y olvidarás el que fuera.
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