Las palabras son nuestras mejores amigas, ya sin conocerlas nos permiten expresar nuestras necesidades, llamar a quien nos ama. Las seguimos usando y descubriéndolas toda nuestra vida, nos comunicamos con ellas, expresan nuestro estado de ánimo, nuestras emociones, todo lo que forma parte de nuestro mundo y de nuestra imaginación.
A veces no les gusta que sean usadas equivocadamente, les parece que no ponemos suficiente interés en su utilización. Ellas, a quienes siempre les gusta ocupar el lugar que les corresponde en la frase, para hacerse comprensibles, toleran que las cambiemos de lugar, incluso que introduzcamos en su mundo palabras de otros idiomas, dejando a algunas en el olvido para siempre y seguramente pensando que los humanos no sabemos decir más que barbarismos, sin tener en cuenta su abolengo.
También, se ponen contentas al ser utilizadas para embellecer el buen hablar, recordando que existen sinónimos, adjetivos, verbos bien conjugados, paralelismos y así hasta una interminable lista, Incluso en ocasiones les gusta que las adornen con interrogaciones o exclamaciones, con puntos suspensivos en la frase, con señoriales acentos , con puntos y comas, de forma que demuestren mejor nuestros deseo y así surtir un efecto más impactante.
Tenemos que darnos cuenta de que necesitan ser cuidadas con todo nuestro cariño, porque son nosotras mismas.
Autora: Remi López Mora
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