Isabel Allende, chilena, nació en Lima, Perú en 1942. Hija de Tomás Allende, diplomático, ejercía como Embajador de Chile en Perú, inculcó a su hija el amor por las letras y la literatura. Isabel Allende, trabajadora infatigable ejerció el periodismo y en 1982 escribió su primer libro “La casa de los espíritus” que fue un gran éxito de ventas. Este fue solo el principio de una carrera literaria brillante y muy prolífica, ha vendido más de 50 millones de libros que además han sido traducidos a varios idiomas.
La autora sitúa la novela a finales del siglo XIX, entre 1860 y 1910. La primera parte hasta 1880, la acción transcurre en San Francisco, y la segunda y tercera en Chile.
La protagonista, Aurora del Valle, es una mujer de 30 años, fotógrafa, que está atravesando una fuerte crisis personal, ya que ha visto su matrimonio desmoronarse por la traición de su marido del que estaba profundamente enamorada.
Intenta recomponer su maltrecho estado anímico para reencontrarse a sí misma, y para ello vuelve a sus orígenes y narra la historia de su vida y por lo tanto de su familia. Es una novela retrospectiva que nos presenta a la sociedad chilena y californiana de la época, muy bien documentada.
La autora plantea el desarrollo de la acción situándonos en primer lugar en la sociedad en la cual vive la narradora: alta burguesía acomodada en San Francisco, ciudad con desarrollo artístico, mezcla de razas, la familia de Aurora del Valle es chilena, por lo tanto son inmigrantes. Describe igualmente la situación política del momento: guerra de Chile contra Perú y la guerra civil de 1891. La condición de la mujer: lucha por el voto femenino y la ausencia de divorcio que condena a la mujer que rompe su matrimonio a una situación de desamparo porque ya no es casada, pero tampoco es libre de rehacer su vida y se ve relegada por la familia y la sociedad que le rodea, que la aísla y la margina.
A su regreso a Chile, Aurora del Valle se enfrenta a una sociedad más retrasada que la californiana en la cual la condición de la mujer es aún más opresora.
La novela mezcla el tiempo presente con diálogos muy directos y las vistas retrospectivas con descripciones minuciosas siempre utilizando el tiempo pasado. El lenguaje es rico y no escatima en adjetivos muy sugerentes que provocan la imaginación del lector para que termine de rematar la vida en las colonias americanas a su gusto. A medida que la narradora va introduciendo nuevos personajes, va formando sus personalidades y caracteres alternando los diálogos en presente y las descripciones en pasado. El vocabulario difiere a menudo del que utilizamos en España, y a menudo nos encontramos con frases que no plantean dudas en cuanto a su significado, pero que en España diríamos de forma diferente.
El texto es agradable de leer, y para mí es literatura de evasión. El ritmo de la narración es ágil y creo percibir que está influenciado por la formación periodística de la autora. No ahorra descripciones muy crudas cuando se refiere a la guerra, que mezcla con descripciones románticas cuando trata el tema del amor, tratadas ambas con mucha plasticidad y dinamismo.
La autora maneja muy bien los tiempos y consigue entremezclar las vistas retrospectivas con el momento real con mucha naturalidad. En la obra “La casa de los espíritus” empleaba una técnica muy similar para combinar la realidad y la fantasía creando alrededor de los personajes una magia especial hasta el punto que el lector tenía que controlar donde estaban los límites de la una con relación a la otra, ya que no estaban muy definidos.
Al final de la novela puede el lector sacar la conclusión que la voluntad y el esfuerzo pueden con todo, aunque las circunstancias sean adversas.
La obra de Isabel Allende a pesar de sus éxitos de ventas tiene también detractores. Hay críticos que le reprochan su literatura fácil y comercial que comparan con una copia pobre de Garcia Márquez. Le acusan igualmente de escribir para un público femenino y que no aporta nada a nivel de la literatura, hay quienes la tratan incluso de “escribidora” negándole el título de escritora.
Esta disparidad de criterios confirma una vez más las dificultades a las que se enfrenta el escritor. Cuando escribe un libro, el autor desconoce quiénes lo van a leer, en qué momento de su vida y que interpretación van a dar a su texto. Es lógico por tanto esperar que el éxito no sea nunca total, aunque por un lado las cifras de ventas sean fabulosas, siempre habrá un sector que no comparta el gusto por su obra.
María José de Balanzategui, 13.03.2010
Mari Jose: se ve que conoces perfectamente a la escritora y dominas su obra. Tus comentarios sobre la misma, son acertados desde nuestro punto de vista.
ResponderEliminarComo lo haces muy bien y conoces perfectamente el tema, te animamos a que siguas deleitandonos con tus escritos.
Rodolfo, Justo y Feliciano