La vida es como una alfombra mágica. Si te acuestas boca arriba sobre ella no te caerás, pero solo podrás observar el cielo y algún pájaro despistado. Si te incorporas y miras hacia abajo disfrutarás de una panorámica maravillosa y podrás ver pueblos, ríos, tal vez el mar, montañas, carreteras y hasta personas..., pero corres el peligro de que la alfombra se vuelque y caigas. Es decir, si no arriesgas durarás, y si arriesgas quizás no, pero tu viaje habrá sido auténtico.
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