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José Luis Sanpedro, escritor y economista
José Luis Sampedro nació en Barcelona en 1917. La variada procedencia geografía y cultural de su familia supuso una influencia fundamental en su obra.
Al terminar la guerra civil española, escribió la primera novela “La estatua de Adolfo Espejo” que no fue publicada hasta 1994. En 1951 fue nombrado asesor del ministro de comercio y es en este periodo cuando escribió sus dos primeras obras de economía: “Principios prácticos de localización industrial“ y “Efectos de la unidad económica europea”. En 1955 fue nombrado catedrático de estructura económica, mas al ser expulsado de la universidad Aranguren y Tierno Galván, se unió a ellos junto con otros profesores para crear el Centro de Estudios e Investigaciones (CEISA) que tres años después fue cerrado por el gobierno de Franco.
En 1981 publicó "Octubre", una extensa novela calificada por él mismo como su testamento vital, pero fue “El amante lesbiano”, publicada en 2000, la que acaparó la atención de la crítica y se convirtió en un éxito de ventas del que, por otra parte, todas sus obras disfrutaron. Su obra literaria está considerada entre las más admiradas y sorprendentes de nuestro país por incatalogable y diversa, pero esta diversidad no impide que en todas sus obras aparezcan como temas recurrentes “la difícil búsqueda del amor” y el tema de la dignidad humana. Entre los escritores que despertaron su admiración, cita a Azorín, Unamuno y Pio Baroja, pero también a novelistas inglesas como Jean Austen, las hermanas Bronte y a Virginia Wolf. Entre los escritores de cuentos nombra a Maupasant y Chejof.
Al preguntarle cuáles son las conclusiones de la crisis que estamos padeciendo en todo en mundo, contestó que todo lo nace muere y que esta cultura capitalista ha agotado ya todas sus posibilidades. Sampedro cree que el mundo está en la era del desconcierto y que va hacia otro modelo, para él la única salida es la educación y el pensamiento, y ante la actual situación del mundo exhorta a los jóvenes a revelarse; de ahí que ha prologado el manifiesto INDiGNAOS, escrito por Stephane Hessel.
En 1990, José Luis Sampedro fue elegido miembro de la Real Academia Española.
Nosotros hemos querido ofrecerle un pequeño homenaje comentando una de sus obras, nos hemos fijado en la que lleva por título LA SONRISA ETRUSCA no por considerarla la mejor, ya que cualquiera entre sus obras merece ser comentada.
LA SONRISA ETRUSCA
Reflexiones sobre el personaje central, BRUNO.
Sinopsis:
Un viejo campesino calabrés llegó a casa de sus hijos en Milán para someterse a una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que volcar su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llamaban sus camaradas partisanos; y vive también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud. Una bellísima novela sobre el eterno tema del amor, con la verdad que ofrece un conocimiento profundo del alma humana.
Fuente de imagen: blog el-enjambre |
Siguiendo la sinopsis que nos hacen de la obra vamos a tratar de ver y entender la personalidad de protagonista que suavemente y casi sin darse cuenta va encontrando en su persona matices hasta ahora desconocidos y que con su excelente estilo sencillo y claro nos relata J.L. Sampedro en esta novela.
Desde el principio de su llegada a Milán queda extrañado de lo que ve y descubre.
Todo es asombro para él pero es un asombro negativo, desde el estilo de las casas a la comida, la personalidad de la nuera, el hijo un tanto apocado... Una y otra vez hace alusiones a su pueblo natal de Calabria, a sus gentes, a la montaña, esas gentes que tiene carácter, emociones... Milán le resulta frío y sin sabor, su cuarto donde le han alojado sus hijos en un sofá.
Entre tanto trajín de ir y venir hay algo que le ha emocionado sobremanera, es un niño, su nietecito Brunetino que tiene ya algunos meses, diez o doce probablemente. Este niño despierta en él sentimientos encontrados, desconocidos para él hasta entonces, mezcla de orgullo, ternura y responsabilidad que por supuesto no había sentido con sus hijos. Aquello era otra cosa, los hijos eran de la madre, pero y esto? Este niño Brunetino , mi niño, mi angelote… Hay un sin fin de situaciones en las que vuelca toda su ternura en este niño y no entiende el modo que tienen de criarle sus padres, sobre todo su madre que tienen que hacerlo como “dicta un libro”. Y ¿el instinto de las mujeres que no sabían leer de su pueblo?, ¿es que no sabían criar a sus hijos? se pregunta Salvatore una y otra vez.
Bruno es un hombre recio con principios muy firmes pero en su aparente rudeza hay una gran sensibilidad y respeto, sentimientos que va descubriendo a través del niño en los que casi no se reconoce. El detalle de los botones del jersecito del niño que no consigue abotonar con sus rudas manos, ¡cuanta ternura y habilidad en las manos de las mujeres que lo hacen! Nunca lo había pensado hasta ahora, envidia las manos de Anunziata (la sirvienta) y dice: "¿Qué locura estoy pensando? ¿Envidiando a una mujer, yo como un milanés?"
Cavila sobre la fuerza de las manos, tienen que valer también para los botoncitos, para cambiarle, para lo que sea. "Fuera mujeres", piensa. Mi Brunetino y yo,”nadie más para hacerle hombre, los dos solos, pero entonces niñero, no, lo mío será otra cosa" y cavila una y otra vez… poco a poco y entre soliloquios, Sanpedro nos está contando la transformación que en el abuelo se está dando.
Nace una relación muy fuerte con este niño, habla con él, se comunica, está entregado totalmente.
El calabrés va contando divertidas anécdotas de su vida de partisano y también sus múltiples amoríos, puesto que él es muy hombre y le encantan las mujeres, se fija en todas y a todas hace requiebros y de todas saca conjeturas, Anunziata , la frutera, la sobrina de Anunziata... Hay dos mujeres que han marcado su vida o mejor dicho tres: Dunka la guerrillera, Salvinia, su gran amor y la madre de sus hijos Rosa, con quien se casó, estando empecinado con la Salvinia, pero ésta, al ser esteril y queriéndolo con locura, se lo entregó a la Rosa. Una muestra de amor que rara vez se da y que demuestra según nos cuenta Roncone la valía de aquella gran mujer, Salviana que era roca y vida pero que quizá su propia fuerza la hizo estéril.
Sin duda, se trata de un idealista, un hombre que luchó contra el fascismo que dominaba en su país con todas sus fuerzas, entregándose de cuerpo y alma. Son unos años de vida intensa, la vida con los partisanos, en los que se mezclan sus ideales, sus sentimientos, sus vivencias amorosas, pues no olvidemos que se trata de un calabrés, con todo lo que esto puede significar en cuanto a hombre temperamental y apasionado.
Se enamora muchas veces, o por lo menos unas cuantas mujeres forman parte de su vida, desde el tiempo de la guerrilla hasta su vida en el pueblo. Tiene un carácter que a no dudar gusta a las mujeres, por lo menos a las de aquella época, es rudo, un tanto calavera, lo que hoy podríamos definir como un culo de mal asiento, pero muy honesto, tanto para sus amigos como para sus enemigos.
Intuimos que no son solamente estas mujeres (las que nos cuenta JL Sanpedro) las que han pasado por su vida, nos atrevemos a pensar que han sido muchas más, ¿se trata entonces de un conquistador?, ¿de un Don Juan? No, no lo creemos, pero sí es un hombre que se deja querer. En la novela aparecen únicamente las mujeres que han dejado un poso en su vida.
Una vida tan intensa le hace que al final de su existencia, los recuerdos se le agolpen en su mente y los vive con gran intensidad, así vemos que rememorando sus tiempos de partisano y llevado por el amor hacia su nieto, no le importa dormir en el suelo envuelto en su manta de campaña y en el suelo, con tal de proteger y cuidara su nieto que según su criterio sus padres son incapaces de hacerlo como es debido.
La vida en el pueblo se reduce a su confrontación con el que fue el fascista más significado de la zona y a pesar de que él mismo está enfermo, desea con todas sus fuerzas la muerte de su enemigo, pero no por venganza, sino por ganarle en la última batalla de la vida, desea asistir a su entierro. La enfermedad parece no molestarle demasiado y su recio carácter le ayuda a sobrellevarla.
La nuera que es profesora de Arte en la Universidad se relaciona con gente importante y le busca un buen médico a través de un tío suyo que tiene influencias y le concierta una cita. Los encuentros con el médico son una epopeya pues protesta por todo aquello que se le antoja demasiado aséptico. No obstante, la segunda vez el médico le comprende mejor y empatiza con él acercándose más. Comentan alguna vivencia de alguien que ambos conocen y bueno…
Bruno quiere saber cuánto tiempo le queda para poder encauzar a su Brunotino, eso es lo que más le preocupa.
Bruno saca a su nieto a pasear y en una ocasión hay un pequeño incidente y de casualidad conoce la que va ser la última mujer de su vida, conoce a Hortensia. Entablan una bonita relación de amistad en principio que se convierte en un amor recogido y firme que les da vida a los dos. También en Hortensia se redescubre Salvatore, en esta su última relación descubre cosas que han pasado inadvertidas para él hasta entonces. Su exquisita sencillez y ternura le encantan a él y a ella la virilidad y respeto que Roncone le ofrece. Hay una intimidad y complicidad especial sosegada, llena de palabras y de silencios...
Continúa la vida de Bruno, Salvatore Roncone entre su nieto y Hortensia, sus amores la enfermedad que le roe y su vitalidad que le mantiene firme, aunque cada vez esté más debilitado y sufre hemorragias. Pero él es tenaz y persistente, sabe que le queda poco y persigue ahora un sueño, darle una abuela a Brunotino y que este le llame por fin abuelo No-No. Después de muchas vicisitudes, papeleos, protestas familiares, etc., se va a casar con Hortensia, sí, en el pueblo delante de todos. Pero….
Gran hombre nuestro Bruno en la pluma de José Luis Sampedro.
Fuente de la imagen: blog Laboratorio de Maca |
Los etruscos habían sido admirados por nuestro Bruno y en el primer momento que visitó en Milán se detuvo asombrado ante un sarcófago de una pareja de etruscos que sonreían. LOS ESPOSOS se llamaban.
Artículos de interés:
Sampedro se indigna y reacciona. www.elpais.com, 03-04-2011
“Esta cultura capitalista de cinco siglos ha agotado ya sus posibilidades”. www.publico.es, 20-03-2011
“El profesor que enseña a decir no” www.publico.es, 07-04-2011
"Envejecer al abrigo de Sampedro" Teatro- “La sonrisa etrusca”. www.elmundo.es, 25-03-2011
Muy buena idea la de poner la entrevista a Jose Luis Sampedro.Interesante como todas sus reflexiones. Le he seguido a través de los años tanto en sus novelas como en sus artículos. He aprendido mucho de él. Es un buen profesor de la vida.
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