Ocurre que la música existe y "palpita" mientras alguien la interpreta. Y sólo "vive" por tanto mientras están presentes en el espacio esas depresiones y sobrepresiones ordenadas en el aire que nos envuelve, y que de ese modo conforman el sonido. La música sólo ocurre mientras esta "siendo", y en vivo sonará diferente en cada momento y en cada lugar, en cada orquesta y en cada director. No hay dos conciertos iguales, y algunos de ellos que recordamos como "especiales", serán en grandeza y belleza ya "irrepetibles". Así al menos me lo parece.
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