8 mar 2011

Francisco de Quevedo

BIOGRAFÍA

Francisco de Quevedo Villegas nació en Madrid en el seno de una familia de la aristocracia cortesana. Era el tercero de los cinco hijos de Pedro Gómez de Quevedo, que ocupó cargos palaciegos, y de María de Santibañez. Estudió en el colegio de la Compañía de Jesús en Madrid y en la Universidad de Alcalá (Madrid); después cursó estudios de teología en la Universidad de Valladolid (1601-1606), pues allí se había desplazado la Corte. En 1606 se muda a Madrid en busca de éxito y fortuna a través del duque de Osuna que se convierte en su protector.

Era Quevedo de una gran cultura, conocedor de ciencias, de religión y de varias lenguas extranjeras, incluso el francés, el italiano, el portugués, el latín, el griego y el hebreo. Cuando comía, lo hacía entre dos atriles, donde 4 libros a la vez, los cuales leía mientras comía. Cuando viajaba generalmente llevaba consigo mas de 100 libros para leer. Era un hombre pesimista, desilusionado, sarcástico, desengañado, malicioso, agresivo, irónico, resentido, insensible hacia lo tierno y hacia lo sentimental, y con gustos por el humor negro, el impudor y la obscenidad. En su obra literaria, Quevedo retuerce, estiliza, deforma, hiperboliza, deshumaniza, intelectualiza y crea, imponiendo su voluntad en su obra. Era de mediana estatura, de pelo negro y encrespado, de frente grande, de ojos muy vivos, corto de vista (siempre llevaba lentes), cojo y lisiado de ambos pies.

SU OBRA

La obra de Quevedo es inmensa y contradictoria. Escribió las páginas burlescas y satíricas más brillantes y populares de la literatura española, pero también una obra lírica de gran intensidad y unos textos morales y políticos de gran profundidad intelectual. Esta fusión o doble visión del mundo es lo que le hace el gran representante del barroco español.

Obras en prosa

§ La vida del Buscón llamado don Pablos (1603) El Buscón es un relato de la peripecia vital del pícaro don Pablos de Segovia, desde su infancia hasta la proyectada fuga a Indias con que termina la obra. Entre estos dos polos se sitúa una serie de aventuras, casi siempre catastróficas para el personaje, que fracasa constantemente en sus pretensiones de búsqueda de estabilidad económica y social, y cuyos fingimientos de nobleza son desenmascarados sin cesar.
§ Los Sueños (1605-1622) son cinco piezas cortas, producto de los desengaños que padeció en esos años, en las que viene a decir que no hay nobleza ni verdad en el mundo sino que todo es horror y fealdad. De estas obras circularon manuscritas hasta que un editor las reunió en 1626, aunque Quevedo las publicó en 1631 con el título de Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio con un prólogo en el que arremetía contra los editores piratas y declaraba la intención de estos escritos en los que pretendía denunciar los "abusos, vicios y engaños de todos los oficios y estados del mundo".
Una faceta de Quevedo, muy valorada por la crítica actual, son sus obras morales y políticas de hondo contenido estoico y raíces del filósofo hispanorromano Séneca, como:
§ Política de Dios y Gobierno de Cristo, probablemente en 1619. Este tratado político, motivado por sentencias evangélicas, expone la doctrina para un rey justo, sin intrigas ni malas influencias. Manuscrita hasta el reinado de Felipe IV, se la dedicará en 1626.
§ Marco Bruto (1646) una glosa sentenciosa de obras de Plutarco. En ella, aunque pretende ser un tratado general, hace un retrato de los problemas dela España de su tiempo.

Obra poética

Si la obra en prosa de Quevedo era variada y compleja, su poesía lo es aún más. Se conservan de él casi un millar de poemas, pero sabiendo que nunca se preocupó por editarlos y que los conservados proceden de personas próximas a él, es de suponer que escribió muchos más. Se publicaron después de su muerte en dos volúmenes:
§ Parnaso español (1648), compilado por su amigo José Antonio González de Salas, y
§ Las tres musas (1670), llevado a cabo por su sobrino Pedro Aldrete Quevedo y Villegas.
Ambas ediciones forman un conjunto monumental de poesía metafísica, amorosa, satírica, religiosa y moral. Es una poesía tanto ligera y de corte popular como seria y profunda, generalmente de estilo conceptista que exige esfuerzo y agilidad mental por parte del lector para captar todos los recursos que proporcionan las figuras de dicción.
En su poesía amorosa, de corte petrarquista en la que lo que cuenta es la hondura del sentimiento, Quevedo vio una posibilidad de explorar el amor como lo que da sentido a la vida y al mundo. Ejemplo de ello es el soneto
§ Amor constante más allá de la muerte. Es uno de los sonetos más bellos de las letras españolas, en el cual la muerte no vence al amor que permanecerá en el amante. En Quevedo subyacen dos extremos, el moralista estoico y preocupado por la decadencia nacional y el satírico burlón vitalista que incluso recurre a la procacidad, al lenguaje jergal y grotesco. Pero por encima de esta contradicción lo que hay es un excelso poeta, de gran profundidad emocional, virtuoso del idioma y en el que la poesía conceptista alcanza su cumbre.

3 comentarios:

  1. Hola artista!
    me ha gustado tu trabajo "extra", no es la clase de literatura que yo suela leer pero creo que debería dedicarle más atención.
    gracias y saludos

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  2. Juangoiko, ¡que maravilla sería escuchar de viva voz estos poemas amorosos, satíricos y metafísicos¡.
    ¿Nos podrías deleitar recitando algunas estrofas del "Parnaso español" o de "Las tres musas", de este genial escritor que nos muestras?.
    PD. Antes de empezar el recital son aconsejables los gargarismos.

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  3. Estupenda idea de Arabere
    ahora además de periodistas, podemos ser actores!!!
    quién dijo jubilación???
    saludos

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