14 mar 2011

Simone de Beauvoir



Autores: ARGIA

  • Luciano Murillo
  • Luisi Miranda
  • Carmen Blanco-Argibay
  • Alberto Lázaro
  • Juanmari Goikoetxea

Simone de Beauvoir "El Castor"
Así la llamaba su compañero sentimental J.P. Sartre desde que se conocieron en la facultad de Filosofía de La Sorbona (París).
Simone, que nació en Paris en 1908 en el seno de una familia burguesa y católica, se cuestionó, ya en su adolescencia, la existencia de Dios hasta que un día se olvidó de él. Estudiando Filosofía en la Sorbona, donde también lo hacía Sartre, arraigaron sus pensamientos existencialistas que, como al mismo Sartre, les acompañaron de por vida. Esa pasión compartida les uniría para siempre en una relación intelectual y amorosa desde la libertad personal y en coherencia con ese existencialismo que propugnaban.
S. de Beauvoir fue una luchadora infatigable en pos de la libertad para el individuo y especialmente para la mujer. Combatió contra el estereotipo histórico-social que se le atribuía a la mujer relegando su papel a la maternidad y sometida al hombre.
Rechazaba ser “El segundo sexo” (título del que fue su más emblemático ensayo) y abogaba por participar en la construcción del mundo junto al hombre, con los mismos derechos y obligaciones. Su opción por el existencialismo le exigía vivir de una manera auténtica, a ser responsable de sí misma y, por lo tanto, de sus actos, a realizar su proyecto vital desde una libertad absoluta. “La mujer no nace, se construye” había afirmado, y con esa ingeniería fue edificando infatigablemente su propia vida.
Admirada por unos y vilipendiada por otros, no dejaba indiferente a una sociedad dividida entre la revolución marxista y la burguesía conservadora, y esa época de la segunda guerra mundial que le tocó vivir marcó su radicalismo. Y ese radicalismo también se refleja en el estilo de sus obras literarias: ágil, cortante
Filósofa, existencialista, escritora de novelas, ensayos ,teatro y obras autobiográficas, ha sido y es un referente político y cultural del pensamiento y la literatura francesa (ganó el premio Goncourt en 1954 por su novela “Los Mandarines”).
Transgesora también en el terreno político se declaraba partidaria (pero también crítica) del marxismo, de la revolución cubana, fue activista de la resistencia francesa y contraria a la guerra de Argelia, y se solidarizó con la revolución cultural China.
Como conclusión, podemos decir que estamos ante una mujer extraordinaria del siglo XX. Su influencia basada en la implicación, compromiso y activismo frente a los problemas sociales, fundamentalmente frente al papel de la mujer en la sociedad ha sido muy significativa, fundamental.
Para terminar con una reflexión, podemos afirmar que Simone de Beauvoir abrió un camino que ahora nos debería parecer irrenunciable: el camino a la libertad de pensamiento, de palabra y de actitud en el mundo. El dique frente a la intolerancia. Una vida de “castor”.

Textos representativos de su personalidad, pensamiento y genio literario

Ø El segundo sexo (1949)

"Así el triunfo del patriarcado no fue ni un azar ni el resultado de una evolución violenta. Desde el origen de la humanidad su privilegio biológico ha permitido a los machos afirmarse solos como sujetos soberanos, y no han abdicado nunca ese privilegio, (...)
"... siempre ha habido mujeres, éstas lo son por su estructura fisiológica; por lejano que sea el tiempo histórico al cual nos remontamos, han estado siempre subordinadas al hombre: su dependencia no es consecuencia de un acontecimiento, o de un devenir, no es algo que ha llegado. La alteridad aparece aquí como un absoluto, porque escapa en parte al carácter accidental del hecho histórico. Una situación que se ha creado a través del tiempo puede deshacerse en un tiempo posterior (...). En cambio, parece que una condición natural desafía al cambio. En verdad, la naturaleza no es un dato inmutable, del mismo modo que no lo es la realidad histórica. Si la mujer se descubre como lo inesencial que nunca vuelve a lo esencial es porque ella misma no opera esa vuelta."
El matrimonio y los hijos son obra de hombres y mujeres, pero en conjunto son tareas que siempre han comportado mayores responsabilidades para ellas que para los hombres. Tal rol las ha atado y les ha impedido pensar en una realización fuera del hogar. La responsabilidad de esta situación histórica de hecho no es sólo de las mujeres. Los dos sexos han contribuido para que se sostuviera. Y así como las mujeres no deberían abandonar sus cometidos específicos y propios, los hombres deberían comprender que deberían restarse de la presión expresa o implícita para que lo hiciese. Categóricamente se establece, y no está de más remarcarlo, que en un mundo de iguales, ambos sexos se beneficiarían. Sólo tal igualdad y la liberación posibilitarán papeles social y político de mayor envargadura, de la mujer.”
Ø Los Mandarines (1954)
“Un paseo al borde del Sena se volvía en boca de Dubreuilh tan aventurado como una expedición al Polo Norte; Enrique y Ana se habían reído de eso muy a menudo: es que no establecía ninguna diferencia entre percibir y descubrir; ningún ojo antes que él había contemplado una cascada, nadie sabía lo que es el agua, el negro, el blanco; librado a sí mismo, Enrique sin duda no hubiera observado todos los detalles de esos juegos de vapor y de espuma, esas metamorfosis, esas evanescencias, que Dubreuilh escrutaba como si hubiera querido conocer el destino de cada gota. "Uno puede irritarse contra él -pensaba Enrique mirándolo con afecto-, pero uno no puede prescindir de él." A su lado todo parecía importante, vivir parecía un gran privilegio y se vivía el doble. Ese paseo a través del campo francés, él lo transformaba en un viaje de exploración”.
"Cuando niña creí en Dios... (más tarde) Dios se convirtió en una idea abstracta... y un día lo borré. Jamás he hechado de menos a Dios: él me robaba la tierra. Pero un día comprendí que al renunciar a Dios me había condenado a muerte".

Ø Cuadernos de juventud (1926-1930)

Julio- agosto-septiembre 1929.Encuentro con Sartre.
“ El mundo acaba de abrirse. Aprendo lo que es un destino de mujer y que es éste el que yo quiero. Aprendo lo que es pensar, lo que es un gran hombre, lo que es el universo. Me libero de todos los viejos prejuicios religiosos, morales, y falsos instintos. Aprendo la sinceridad entera, la libertad de pensar y de vivir su pensamiento con su espíritu, su corazón, su cuerpo. Inmensas revelaciones- sin trastornar, porque todo estaba preparado. Consumación del pasado, apertura a un porvenir diferente a estos cuatro últimos años. (…) y diez días en La Grillère donde acabo de conocerlo y amarlo. Y la promesa de un fuerte amor, de una amistad de siempre”.
“No dudo entre dos amores. Dudo ante el amor. Tengo miedo. Siempre he tenido miedo. (…) Hay en mí un deseo desenfrenado de libertad, de aventura, de historias, de viajes, de otras almas; un deseo de mantener todas las puertas abiertas, de darme a todo, un rechazo de todo lazo, un temor al matrimonio, que siento lo más alejado de mí”.
“…no comprendo el amor sin amistad, desagradable, que se queda demasiado fuera de la vida. Me aparece que ante el amor todo lo demás no debe desaparecer sino simplemente teñirse de nuevos matices; quisiera un amor que me acompañe en la vida, no que absorba toda mi vida”.
“Mi propia fuerza: yo se que, durante toda mi existencia, podré contar conmigo misma; que no necesitaré consejos ni energía, sino siempre ese gran poder de retomarme. Este amor y este ardiente interés, este deseo de perfección para mí misma. Se que me seré fiel, que sabré siempre reencontrarme en toda mi integridad en medio de las banalidades necesarias. Camino con confianza hacia ese yo del futuro, que no me traicionará”.
Frases escogidas
“El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres”.
“No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aún si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida”
“Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra”.
“Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma”




5 comentarios:

  1. Qué buena elección chic@s!!! Me encanta la Beauvoir. La verdad es que hace mucho que no leo nada de ella, me recuerda mi juventud-madurez. Ahora en mi madurez-vejez me han entrado ganas de releerla. En vacaciones prometo hacelo con Los Mandarines. Gracias por volver a encender esta lucecita en mi cabeza.
    saludos

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  2. Pues me (nos) alegra mucho haber despertado en ti las inquietudes y la actitud de la bella, intelectual y liberada Simoneta. Y recuerda que de la juventud-madurez se pasa a la exultante madurez, que es donde te encuentras tu ahora mismo. No pienses en períodos que todavía tardarán en llegar, Carmen. Todavía es pronto incluso para pensar en ello.
    Un abrazo
    Juanmari

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  3. GRACIAS GOIKO
    seguiré haciendo comentarios, sobre todo para hacerme acreedora de tan bonitas palabras!!!
    (este va cortito)
    saludos

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  4. Después de leer vuestro bien documentado trabajo sobre esta interesante escritora francesa, he recuperado el libro "Los Mandarines" del desván (real y mental), para disfrutar de una re-lectura mas reposada y meditada que la primera vez que cayó en mis manos juveniles. Gracias a todos los que formáis el talde.

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  5. Tal y como lo prometí, he leído Los Mandarines.Me ha interesado mucho, a pesar de estar escrita hace 5O años, me parece sumamente actual,con reflexiones sobre la política,los intelectales y la implicación personal totalmente adaptables a hoy en día.Casi al final de la novela, Beauvoir pone en boca de Dubreuilh (Sartre?) estas palabras:
    "Si para comprometerse uno espera encontrar la perfección absoluta, nunca querrá a nadie y nunca hará nada".
    Si señor, a si nos va por nuestra falta de compromiso
    Saludos

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