A lo largo del siglo XVIII, la literatura viaja a través de cuatro tendencias fundamentales: el Posbarroquismo, el Neoclasicismo, la Ilustración y el Prerromanticismo.
A partir de la muerte de Calderón (1681), el Barroco entra en decadencia y no quedan más que un estilo extravagante y caricaturizado de los grandes movimientos barrocos: la escenografía aparatosa proveniente de la dramaturgia de Calderón, el humor chabacano mal interpretado de la obra de Quevedo, obras recargadas basadas en la lírica de Góngora... El arte barroco fue fuertemente criticado por el movimiento neoclásico y fue apagándose bajo la presión de las nuevas corrientes europeas.
Con la llegada de Felipe V de Borbón, llegan los modelos franceses de la vida social y cultural. El movimiento neoclásico conduce el arte hacia reglas, basadas en Aristóteles y Horacio, que obligan a lo siguiente:
1º Alcance universal y verosimil
2º Separación de géneros y unidad de estilo
3º Finalidad moral o educativa de las obras de arte
Esto lleva a salones literarios, fundación de Academias e instituciones normativas: La Real Academia de la Lengua (1713), la Biblioteca Nacional (1712), la Real Academia de la Historia (1738)...
En la literatura, las obras no tienen grandes cualidades estilísticas pero son de interés principalmente los fabulistas (siguiendo a Lafontaine - "El cuento de la lechera") y los ensayistas (siguiendo a Voltaire y otros grandes pensadores).
Después de este periodo de rigidez creativa, va surgiendo el Prerromanticismo a partir de la mitad del siglo XVIII, con el desarrollo de la burguesía. Con el impulso de Juan Jacobo Rousseau, comienza una nueva época de autores más apasionados y sensibles.
Sentencias de Voltaire (1694-1778)
Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos
Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males
Azar es una palabra vacía de sentido, nada puede existir sin causa
Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado
Decimos una necedad y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola
La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás
Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo
Sentencias de Rousseau (1712-1778)
Nadie puede ser feliz si no se aprecia a sí mismo
Ser adulto es estar solo
La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse
La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras
Quitad de los corazones el amor por lo bello, y habréis quitado todo el encanto a la vida
Las ideas generales y abstractas son fuente de los más grandes errores humanos
El acento es el alma del discurso
No seréis nunca frailes si primero no sois monaguillos
Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna
No hay comentarios:
Publicar un comentario