22 ene 2014

Ortografía Emmental, curiosidades de la lengua, por Ángel U.


En algún curso de bachillerato, a finales de los 60, nos pusieron de maría una asignatura que venía a ser “repaso de lengua”. La daba un cura encapotado que llegaba a clase en olor de multitudes, con los alumnos esperándole a la puerta para aclamarle y jalear frases de alabanza. 

En las sesiones de repaso repetía y tripitía siempre los mismos ejemplos, las mismas frases modelo. “Oración concesiva. Aunque la mona …” 

El ambiente de clase era participativo a tope, así que los alumnos, en cuanto oíamos aquello de la mona montábamos un follón mayúsculo coreando como energúmenos “se vista de seda, mona se queda”. Luego con aplausos y vítores le hacíamos ver que habíamos acertado, golpeábamos los pupitres con los puños y brincábamos de alegría sobre los asientos. Eran, sin duda, clases de gramática viva.

Cuando la bulla se apaciguaba, le decíamos a aquel catedrático ensotanado que con él aprendíamos más que con otros, que era un santo y que nos bendijera. Y vuelta a empezar.

A veces las frases lanzadera tardaban en llegar y éramos los de letras los que dinamizábamos la sesión con un sinfín de preguntas trampa. 

Un día nos salió el tiro por la culata. Ocurrió mientras corregíamos un dictado en que aparecían “cabos de pies cavos” y gansadas así. El cura, investido de todas la ciencias gramaticales, vagaba por el aula pavoneándose de saber diferenciar entre “vaca” que da leche y “baca” de autobús. 

Pero cometió un desliz. “No es lo mismo baca con be, que vaca con uve. Tengan mucho cuidado, las dos (?)acas son distintas según se escriba”.

Los alumnos que estábamos en el turno de incordio no podíamos dejar escapar una ocasión de oro. “Yo no sé escribir eso”, dijo alguien. “¿Las dos (?)acas esas, dichas a la vez, con qué se escribe, con be o con uve?
 
Nos fulminó con la mirada y luego nos habló de la imposibildad de referirnos a las dos vacas a la vez. Pero el alumno erre que erre: “Claro, es que usted dice Las dos (?)acas no existe porque no puede existir. Es un ser imposible y no se puede decir. Pero lo dice. Lo hemos oído todos”. 

Terciaron otros: “¿Qué no se puede decir? ¡Si estáis venga decirlo! Será que no se puede escribir”. “¿Y qué pasa con lo de los dos (?)arones? ¿Se puede decir, se puede escribir o no?”.

El enviado de Dios al aula ya no pudo atajarlo, entró en estado de pánico y tuvo que recurrir a la intercesión de santos y al sistema de castigos. Fue el día de la ira del señor. El día en que alguno de letras acarició con su mejilla una mano de santo.

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Ortografia emmental, de Ángel U.

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